sábado, 8 de junio de 2013

ESPÁRRAGOS BLANCOS: LIMPIAR Y COCINAR

El espárrago blanco es, sin duda, uno de los productos más suculentos de nuestras huertas que, paradójicamente, se consume mucho más en conserva que fresco. A excepción de las zonas productoras – especialmente la Ribera Navarra- no hay tradición de su consumo en fresco. No tengo nada en contra de las latas de espárragos, al contrario, fuera de temporada las de buena calidad son excelentes. Aunque debemos añadir que cada vez más se produce una introducción en el mercado de espárragos en lata de muy baja consideración gastronómica.

En muchas ocasiones, en Madrid, he tenido el privilegio de contemplar cómo alguien comía por primera vez en su vida unos auténticos espárragos blancos recién cocidos y ¡es un espectáculo! La mayor parte de la gente queda sorprendida, pues el sabor es muy distinto de los que han sufrido un proceso de conservación, y suelen quedar enganchados. Esto me obliga a “jornadas de espárragos de Tudela” en mi casa, pero es un auténtico placer compartirlos con las amistades.


Por eso doy a continuación unas normas elementales para la limpieza y preparación de los espárragos blancos. En otras recetas comentaremos otras maneras de cocinarlos, pero aquí me limitaré a los espárragos cocidos, que combinan a la perfección con platos de setas, especialmente con los perrechicos-seta de San Jorge (Calocybe gambosa).